17 de agosto de 2014

{La vida con Mayo}




Ya han pasado casi 5 meses desde que le vimos la carita por primera vez. 5 meses intensos  que han pasado volando.



El primer mes fue difícil, ya que yo tenía unas grietas horribles y lo de la lactancia no resultó nada placentero. Con las pezoneras lo llevamos algo mejor, pero se tiraba mamando durante más de media hora y casi cada hora, o sea que yo no veía el momento ni de ducharme. De no ser por toda la ayuda que recibí, creo que hubiese tirado la toalla...Gracias Lourdes por tu visita y tu disponibilidad incondicional, gracias familia por vuestro respeto con las visitas y por el "catering", vuestro apoyo fue la clave.


 El papá de la criatura también hizo lo suyo; con sus brazos cargados de paciencia le dormía una y otra vez (y ahora lo sigue haciendo claro!) Y a mi tenía como una reina acomodándome cojines y rellenando mil veces mi vaso de agua...



Aún con todas las dificultades e inseguridades de padres primerizos , era maravilloso verle dormir y deleitarnos con esa sonrisita que echaba entre sueños, el orgasmo oral que llaman...Eso lo curaba todo.



Poco a poco nos fuimos adaptando, y alrededor del 2° mes se produjo un cambio: con los pezones más curtidos pudimos ir dejando de a poquito las pezoneras, con lo que Mayo ya parecía que tragaba más; la duración de las tomas se acortaba  y se espaciaban, y si, comenzamos a disfrutar de la lactancia. Ahora se le veía más satisfecho, dormía mejor (aunque jamás pasó de las 3 h seguidas) y ya empezaba a deleitarnos con sus sonrisillas.







Para nosotros, sobre todo para mi, también fue fundamental estar cerca de otras mamis recientes, como las q conocí en el taller de lactancia del centro de salud o en Yoga para mamás y bebés. De esta manera una no se siente sola, y aprendes mucho de otras mamás. Además en el yoga, entre masajito y masajito al bebé, las mamás podíamos relajarnos por momentos, al tiempo que aprendiamos a tranquilizarles a ellos y compartiamos miedos e inquietudes. 



Y así han ido pasando los días, Mayo cada vez más despierto y con ganas de conocer cuanto le rodea...Es un niño tranquilo y curioso, al que e fascinan los árboles y el cielo y al que no se le pasa ningún ruido por alto. Sonríe a todo el que le hace una mínima carantoña, y apenas llora. Es un niño zen, es nuestro pequeño Budita.





Lo del porteo tampoco fue fácil al principio, a pesar de haber ensayado con un muñeco durante el embarazo. Aunque gracias a los diversos fulares, bandoleras y mochilas que nos prestaron, al final le cogimos el truquillo, y ahora disfrutamos mucho de nuestros paseos por el campo...








Y así llegamos casi al tercer mes, y ya tenías a toda la familia y a los amigos babeando. Los abuelos siempre deseando venir a verte y cogerte, ya asumen que te acostumbras a los brazos y que eso es lo de menos, aunque lo que más te gusta es estar en el suelo mirándolo todo, cogiendo tus juguetitos y descubriendo tus manos...y las primas no paran de achucharte y decirte cositas, Paula incluso se atrevió a cambiarte el pañal! Las otras primas también te adoran aunque con disimulo, ahora eres el centro de atención y eso a veces es duro aunque se mueran de ganas por hacerte arrumacos.











Tenías tales melenas que papa se empeñó en raparte con su máquina, y fue hacerlo y sacar un parecido a él increíble...te cambió la cara!




Y así más fresquito nos atrevimos incluso a llevarte a la playa, a casa de Venu. Te portarse como un campeón y todos disfrutamos mucho contigo.






Y así pasaste tu 1° primavera y llegó el calor del verano, así que te llevamos ¡otra vez a la playa! y es que  viajar contigo es fácil porque es meterte en el coche y al ratito ya estás dormido. Eso si en cuanto llegamos, antes de abrir las puertas incluso, ya te has despertado, lo hueles! 


En la playa pasamos unos días muy tranquilos con la familia y te dimos tu primer bañito en el mar. Te encanta el agua: naciste en ella y eres Piscis, claro! De vuelta a casa, te llevamos las tardes de sofocante calor a la piscina de los abuelos, y allí fresquito todos te adoramos y siempre te echas una míni-siesta.





Y casi sin darnos cuenta ya tenías 4 meses! Y ahora el mundo por descubrir es tu gran reto. Ya te volteas en el suelo para coger lo que te interesa, te ríes a carcajadas cuando te hacemos cosquillas y también te coges tus berrinches cuando no quieres dormir aunque estés muerto de sueño. Pero eso no es lo normal; casi siempre te duermes mientras te cantamos tu nana preferida que nos enseñó la tía Beiña desde África..."escucha el viento nocturno por las montañas cansadas..."...






Tu primer diente llegó una noche de llanto incosolable (de las poquitas que nos has dado, afortunadamente) y nos pilló por sorpresa, hasta el día siguiente no nos dimos cuenta que era eso lo que te pasaba...


Al pañaleo de tela le hemos cogido el tranquillo, y es que al principio te abultaban tanto que parecías un luchador de sumo y no nos convencía. Probamos diferentes marcas y ahora estamos muy contentos; tu estas cómodo y con el culete perfecto, y la madre tierra se llevará unos cuantos kilos menos de pañales desechables.




Comenzamos pronto a darte papilla para cenar para ver si dormías un poquito mejor, y en ello estamos! Del biberón no querias ni oír hablar, pero la cuchara parece que te gusta más, así que andamos probando porque en breve mamá tendrá que empezar a trabajar...pero será suave porque te quedarás con los abuelos que te cuidaran con toda dedicación.





Y en Agosto hicimos nuestro primer viaje los 3 juntos, nuestra pequeña familia que ahora somos. Y huyendo del calor, llegamos a Asturias. Te fascinaba el verdor que había por todas partes, subimos y bajamos montañas contigo bien pegadito, y de la emoción apareció tu 2° diente...




Y aquí lo dejamos, a punto de cumplir 5 meses y disfrutando cada momento que es único: cada día es un descubrimiento, un ruidito o un reto nuevo. Mientras seguiremos exprimiendo esta ricura que nos ha dado la vida, aún me queda el final del verano para disfrutar a tiempo completo! Después experimenté la vida de madre trabajadora, mucho antes de lo que me hubiese gustado...pero tiene que ser así e intentaremos llevarlo lo mejor que se pueda, y al volver de trabajar, me comeré a besos a mi bollete :)